No es desconocido de nadie que Honduras es un lugar increÃble en el cual aguardan muchos lugares impresionantes por ser descubiertos. Algunos de estos sitios fueron encontrados hace varias décadas pero siguen siendo lugares casi desconocidos y con una enorme belleza natural asà como riqueza histórica de la que hoy en dÃa forman parte gran cantidad de leyendas e historias asombrosas. Uno de esos sitios al interior de nuestro paÃs es, sin lugar a dudas, la Ciudad Blanca o Ciudad del Dios Mono, una ciudad en ruinas descubierta por exploradores el siglo pasado y en la cual se guardan intactos muchos tesoros sobre una civilización antigua.
Hace algunos años, una nueva expedición ingresó otra vez, en secreto y de modo exploratorio a la Ciudad del Dios Mono y regresaron con interesantes noticias al respecto. Se le conoce como Ciudad Perdida gracias a que en ella fueron encontrados los vestigios de una civilización nunca antes conocida y la cual se presume que desapareció misteriosamente. El equipo de investigación fue llevado al lugar debido a una leyenda que existe localmente sobre una ciudad antigua de la cual hablan los pobladores y en la cual reinaba un Dios Mono, en la actualidad se le conoce como la Ciudad Blanca.
Los arqueólogos a cargo de la investigación llevaron a cabo una inspección detallada de la zona de la cual comentan tanto los locales con lo cual trazaron un mapa en la cual se marcan extensas plazas, terraplenes, colinas y una gran pirámide en el centro de la misma, la cual perteneció a alguna especie de civilización que habitó la zona hace más de 1000 años y que desapareció de forma misteriosa, dejando simplemente los vestigios de su asentamiento como prueba de su existencia en el lugar. En el sitio también fueron encontradas impresionantes esculturas de piedra, las cuales quedaron abandonadas desde el momento en que la civilización de la Ciudad Blanca desapareció.
En contraste con la cercana Cultura Maya (Copan, occidente del paÃs) que es tan importante para nuestro paÃs porque forma parte de nuestra historia, de lo que somos como hondureños y de nuestras raÃces, la desaparecida civilización que habitaba la Ciudad Blanca ha sido muy poco estudiada dentro de Honduras, por lo cual sigue siendo prácticamente desconocida para la nación y para el mundo entero, los arqueólogos ni siquiera tienen una idea de qué nombre poderle dar a la misma. De acuerdo a los investigadores a cargo de la exploración es muy extraño que todos los vestigios de esta civilización perdida hayan permanecido en tan perfecto estado desde su desaparición y que incluso no haya sido vÃctima de saqueos.
Ante lo anteriormente dicho, los habitantes en las riberas de La Mosquita Hondureña, que es donde se encuentra ubicada esta ciudad perdida, hablan de una supuesta maldición para todo aquel que entre a saquear los vestigios de la Ciudad Blanca, puesto que todo lo encontrado al interior de la ciudad forma parte de la ofrenda para el Dios Mono y todo aquel que quiera arrebatar la ofrenda del dios sufrirá una horrible maldición que acabará con su vida. Esto quizás explique el motivo por el cual todas las vasijas y estatuas de piedra encontradas al interior de la ciudad permanecen extrañamente intactas y no han sido robadas.
Incluso desde la llegada de los conquistadores españoles a lo que es el actual territorio hondureño, algunas tribus habitantes de la zona hablaban de la existencia de una legendaria ciudad cuya apariencia era tan increÃble que esta impresionaba a quien sea. Se decÃa que dicho sitio habÃa sido construido por lo mismos dioses ya que poseÃa enormes construcciones dedicadas al Dios Mono.
Sillas ceremoniales de piedra denominadas como metates, vasijas talladas con criaturas morfológicas asà como también con serpientes y buitres, han sido encontradas al interior de la ciudad como tesoros escondidos esperando ser vistos por el mundo. Pero de entre todos los objetos anteriormente mencionados hay uno que sobresale por mucho de entre todos, este emerge de la tierra y se asemeja a la cabeza de un hombre-jaguar, puede que este sea la representación de un chamán o algún encargado de los habitantes de la ciudad y el motivo por el cual consideren a su dios como un Mono. Todos estos objetos y la estatua datan de una antigüedad aproximada a los 1000 a 1400 años d.C.
En la actualidad, las ruinas de la Ciudad Blanca, llamada asà por estar construida por piedra volcánica blanca, son uno de los pocos sitios del planeta que han sido casi nulamente explorados, pero por aproximadamente 100 años exploradores y habitantes de las regiones cercanas en la Mosquitia Hondureña hablan de estas ruinas como un sitio sagrado que debe permanecer oculto para todo el mundo, pues en ellas radica una magia para la que no estamos listos de conocer.
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