El Sisimite, una criatura sobrenatural de las leyendas antiguas de Honduras.

En el proceso de transición de la época prehispánica a la colonial por la que pasó nuestro país y en la que se fraguó la colonización española, todo junto a la fusión de las tradiciones culturales de América y Europa, se conformaron una serie de mitos, leyendas y construcción de seres sobrenaturales, esto como acervo y patrimonio del bestiario que conforma las leyendas y tradiciones en las que creen gran parte de los centroamericanos y mayormente en Honduras, las que aglutinan las principales creencias de las mentalidades colectivas de la región a través de las generaciones.

De ahí surgieron los seres monstruosos que perturban y aterran nuestros sueños nocturnos, sin importar si eres pequeño o ya no adulto. Ahí tomaron forma monstruos, espectros y bestias como la que hablaremos el día de hoy, una a la cual se le ha conocido como El Sisimite. Quizá uno de los más terribles y alarmantes seres sobrenaturales es el Sisimite. La palabra sisimite proviene de la lengua náhuatl “tzitzimitl”, que significaría “el demonio o habitante del aire”; éste personaje aparece en las leyendas de México conocido como “el peludo” y en Guatemala y Honduras como “sisimite”.

El causante de pesadillas a los que encuentran cuevas.

En nuestro país además se le da el nombre de “hitacayo” “itacayo”, “litacayo” y “tacayo”. En general, los indígenas y campesinos lo describen como un monstruo mítico, mitad hombre y mitad mono, de largo pelaje, gran estatura y de mucha fortaleza, además lo describen con la característica peculiar de tener los pies o patas al revés; parecido al famoso Cipitio. Asimismo, habita en cuevas inaccesibles en lo más profundo de los bosques hondureños, pero a veces baja a las cercanías de los poblados.

Se dice que sale a estas zonas en busca de niños para comérselos o de mujeres para robárselas, a las que secuestra con mucha facilidad y lleva a las cuevas para violarlas, naciendo de esas uniones niños que son mitad hombre, mitad mono. Estas bestias, según la tradición oral de los pueblos mesoamericanos, especialmente de los Mayas era considerada como una especie mitad hombre y mitad mono, con la característica principal de tener los pies o patas para atrás, además de poseer enormes colmillos y una descomunal fuerza capaz de matar a varios hombres a la vez.

Estudiado por profesionales de la historia.

A su vez, las tradiciones orales le atribuyen un enorme apetito sexual por las mujeres, especialmente las muchachas púberes o vírgenes, así como particular predilección por robar niños para comérselos. Un arqueólogo de nombre Eric Thompson, en su clásico estudio Historia y Religión de los Mayas, refiere que los Sisimites eran seres sobrenaturales en los cuales creían los Mayas del periodo clásico como entidades o deidades menores.

Luego la tradición oral continuó siendo mantenida por los Maya-Chortís de Guatemala y el occidente de Honduras; probablemente de ahí pasó la leyenda a los Lencas, con quienes los Mayas mantuvieron contactos comerciales y culturales. De hecho, en el caso de los Maya-chortís y de los Lencas que habitan la región occidental de Honduras, también se les denomina como “itacai” o “itacayos”. Según estos, los icatai son espíritus montañeses de los Maya-chortís. En las leyendas indígenas, son gigantes de figura humana, que viven en una ciudad compuesta de montañas, cada una de ellas hogar de un itacai.