La Cueva del Diablo en Honduras

Sabemos muy bien que nuestro amado país Honduras es un lugar lleno de lugares interesantes, maravillosos y muy misteriosos que llaman la atención de miles de personas que cada año dejan sus lugares de origen y se adentran en estos curiosos lugares, sedientos de vivir una experiencia única en su tipo. Nuestra nación tiene mucha historia y una cultura tan maravillosa que busca conectar el pasado con el presente, dejándonos una pequeña prueba de las Maravillas que aguardan a ser visitadas, para revivir la magia.

Entre esos lugares únicos en su clase que existen en el territorio hondureño hay uno que llama la atención por la leyenda que está detrás de ella. Su leyenda es de esas que nos encanta escuchar de nuestros abuelitos o personas mayores que recuerdan con mucha nostalgia historias increíbles dignas de ser escritas en un libro. Este lugar tan único se encuentra ubicado en la zona suroeste de Comayagüela, ciudad hermana de la capital de Honduras, la ciudad de Tegucigalpa, y se describe como un cerro con meseta que tiene una magnífica historia que contar.

Una cueva habitada por el Toro Cagua.

Según cuenta la leyenda, en dicho cerro con meseta, por la zona sur del mismo, solía existir una caverna, donde los antiguos indígenas lencas decían que habitaba el famoso Toro Cagua, por eso, en la actualidad a la colonia que se erigió sobre esa zona se le conoce como la Colonia Torocagua. Pero seguro te preguntaras que era lo que hacía interesante a la leyenda y pues es lo que continua diciendo la misma sobre ese lugar tan interesante.

De acuerdo a los relatos contados, alrededor de dicha caverna existía una leyenda que decía que si alguien tenía la intención de volverse rico y quería hacerlo de forma inmediata, este debía entrar en la Cueva. Pero esta no era una tarea tan sencilla de como se lee, puesto que el deseoso de tal fortuna debía entrar en la caverna con 2 padrinos que le servirían de testigos ante el Diablo para el momento de realizar el pacto. Estos debían entrar el día de San Sebastián o día de San Juan, al mediodía o la medianoche y en ningún otro momento de dicho día. Estos eran los requisitos que se debían cumplir para entrar al descrito infierno lenca.

Siempre era importante dejar fuera de dicho lugar cualquier implemento que hiciera pensar al diablo que las 3 personas tenían alguna especie de relación con Dios, como ser Rosarios, cruces, biblias, escapularios o cualquier implemento religioso. Una vez cumplida las reglas, salía al encuentro de las personas el Toro Cagua mientras hace temblar la tierra, con unos ojos rojos como llamas de fuego y de la boca salían llamas blancas. Algo escalofriante.

Un lugar de pacto con el Diablo.

Una vez encontrando el Toro Cagua, debían seguirlo mientras durante el camino serían tentados para ver si desisten de su intención, al pasar la prueba llegarían a una laguna llena de serpientes donde también hablarían con una bruja que los trataría de convencer de unirse a los demonios diciendo la frase Vengan con Nosotros los Demonios y los Diablos, si el pánico aún no los invadía, podían continuar a una sala adentro de la Tierra que tenía las puertas a muchas más cavernas y Cuevas conteniendo miles de almas ardiendo.

Ya estando en el lugar, el Toro en representación del Diablo, daría al deseoso de la fortuna un simbolismo de lo que necesitaba el solicitante de acuerdo al tipo de fortuna de deseaba, siempre y cuando firmara un pacto de sangre con el mismísimo diablo por 10 años.

Puede que esta leyenda suene super loca y fuera de la realidad, pero no debemos olvidar que Honduras es un país lleno de leyendas fabulosas como increíbles que hacen volar nuestra imaginación a un nuevo nivel de fascinación. Te invitamos a leer nuestro artículo sobre La Leyenda sobre el Lago de Yojoa.