La Cueva del Gigante en Honduras, un sitio congelado en el tiempo

Honduras es un país que cuenta con muchísimos sitios arqueológicos que llaman la atención mundial, todos estos cuentan con importantes yacimientos de restos antiguos que de alguna u otra forma nos demuestran como era que funcionaba la vida en la época antigua y los cuales hoy en día permanecen fuertes ante el pasar de los siglos. Uno de estos sitios que parece congelado en el tiempo está ubicado en la aldea de La Estanzuela, en el municipio de Marcala, La Paz y es un sitio tan sorprendente que parece increíble.

Estamos hablando de la hoy famosa Cueva o Gruta del Gigante, el cual es en la actualidad uno de los sitios arqueológicos más asombrosos e importantes de toda Honduras. Y esto es no sólo por lo que representa sino porque es uno de los más antiguos que se localizan en todo el territorio nacional, tan antiguo que data de aproximadamente el año 9480 antes de Cristo, lo que es realmente asombroso. Y ahora seguro te preguntarás que hace que este lugar sea conocido con el nombre de La Cueva del Gigante, algo que en breve te comentaremos pero basta decirte que según historiadores y arqueólogos, los primeros habitantes de Honduras y probablemente de toda Centroamérica, vivieron en esta Cueva.

¿Los primeros humanos de Honduras?

La Cueva del Gigante, llamada también por los lugareños como La Gruta del Gigante, es una inmensa cavidad o abrigo rocoso que no recibe ni el viento ni la lluvia directamente, lo que le da un microclima estable ideal para la preservación. La Cueva del Gigante, está ubicada en la aldea La Estanzuela, Municipio de Marcala, departamento de La Paz, muy cerca de otros bellos sitios turísticos de la zona, como ser La Cascada La Estanzuela, a tan solo 500 metros de la cueva, muy cerca y accesible en la zona.

Entre los arqueólogos que han explorado la Cueva del Gigante se destacan los de origen estadounidense, George Hasemann, quién la descubrió y la exploró en 1994 y Timothy Scheffler, miembro del departamento de Arqueología de la Universidad de Pensilvania, también el arqueólogo hondureño Alejandro Figueroa, miembro del Instituto Hondureño de Antropología e Historia de Honduras. Fue en el año de 1994, cuando Hasemann exploró La Cueva del Gigante y logró estimar que ésta había sido habitada posiblemente entre los años 14000 y 19000 A.C. Sin embargo, Scheffler, en su tesis doctoral hizo un estudio más profundo y llegó a la conclusión que La Cueva del Gigante fue habitada en el año 9480 A.C.

Hallazgos realizados en la cueva.

En dicha Tesis elaborada por Timothy Scheffler revela los siguientes datos interesantes de La Cueva del Gigante: “El refugio rocoso llamado El Gigante, está ubicado cerca del pueblo de Marcala y se formó en un acantilado de roca volcánica, producto del agua que deslavó la roca sólida”. “Las paredes de El Gigante, están cubiertas de un gran variedad de pictografías y durante la exploración también se encontraron otros sitios con vestigios de arte rupestre”, destaca el científico.

Durante las múltiples exploraciones que se han realizado, los investigadores han encontrado en La Cueva del Gigante una gran cantidad de vestigios humanos milenarios, como ser; cestas, sogas, fibras textiles, conchas de caracol, restos de objetos de piedra, instrumentos de huesos, puntas de proyectiles que posiblemente usaban en la cacería y restos de productos alimenticios como frutas, vegetales y mazorcas de maíz domesticado. Además de estos objetos, también se han encontrado en las paredes de La Cueva del Gigante y otros sitios aledaños rastros de pintura rupestre, de la cual sobresalen dos tipos de imágenes:

Una de ellas es una especie de Mano de tamaño gigante (de allí que le digan Cueva del Gigante) y la otra es una imagen similar a un ganso o un cisne. Los Arqueólogos han coincidido en que la Mano es un icono muy común que se encuentra distribuido en Centro, Sur y Norteamérica, aunque también lo es en Australia y Europa. En cuanto a los cisnes, éstos representan una manifestación simbólica local que puede estar relacionada con su modelo de vida y forma de subsistencia, se cree que podría significar eso. Esto es algo muy parecido a las pinturas rupestres del Paleolítico de Lascaux y Chauvet en Francia y Altamira en España, donde los antiguos cazadores dejaron plasmadas las presas que eran familiares para ellos y las que veneraban.

Sin lugar a dudas son hallazgos maravillosas que nos hacen entender que nuestro país tiene una historia maravillosa escondida en todas esas cuevas regadas por todo el país.